En camino de Bagdad, el Bagdalí y Beremís no pudieron evitar meterse en un problema de tres hermanos que discutían con respecto a la herencia de su padre, porque tenían 35 camellos, al mayor le tocaba la mitad, al segundo le tocaba un tercio de los camellos y al menor le tocaba un noveno y como las divisiones no eran exactas, sucedía la pelea, el hombre que calculaba rápidamente propuso una solución, el pondría el camello de su amigo y como serían ya 36 camellos sean más fácil, al mayor le tocaba la mitad, o sea 17 y medio, pero come eran ya 36 camellos, recibiría 18 camellos, como él salía ganando, no podía quejarse, al segundo le tocaba un tercio, o sea 11 camellos y pico, y como eran 36 camellos recibiría 12 camellos, como él salía ganando, no podía quejarse, y al tercero le tocaba un noveno, o sea 3 camellos, pero ahora recibiría 4 camellos, como él salía ganando, no podía quejarse, pero como 17 + 11 + 4 es 34 sobraba un camello, que tomaría el por derecho de haber solucionado el problema y también tomaría el camello que le prestó su amigo Bagdalí (Esto proviene de la suma de 1/2 + 1/3 +1/9 = 17/18, o sea que sobraba 1/18 que vendría ser un camello más, más el que le prestó su amigo completaban los 36). Los hermanos asombrados admitieron la solución y el Bagdalí también estaba asombrado, y así podrían continuar su viaje cada uno en su camello.
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